Existió un tierra donde todos sus habitantes eran amables, y de color verde, pero eran muy muy pequeños, cierto día llego un gigante con su zapato en la mano, al verlo todos se asustaron, creyendo que este se los comería, de repente el gigante se sentó en una piedra y se puso a llorar, todos eran tan amable que se acercaron y le preguntaron a una sola voz ¿por qué lloras? El gigante respondió: estoy perdido, perdido.
El más sabio de ellos le dijo te podemos enseñar el camino, ya que lo conocían porque eran gran caminantes de todas las tierras existentes, el gigante les dijo por favor ayúdenme, y estos lo guiaron para que llegara pronto y se reuniera con su familia, el gigante en agradecimiento les dijo, les dejaré este zapato de recuerdo amiguitos y desde ese entonces cuenta la historia que los zapatos aún están en las afueras de la tierra de los pequeños.