Cierto día los animales del bosque decidieron hacer una gran fiesta, para hacer nuevos amigos, asistieron animales de todos lados, unos muy grandes y otros muy pequeños, unos muy feroces y otros muy mansos, así que la fiesta estaba dividida, pero el elefante que era muy generoso se dijo bueno yo vine a esta fiesta fue a hacer amigos, entonces conoció a una pequeña liebre muy amable; y algunos animales empezaron a murmurar, de verlos hablando pues era una extraña amistad él era gigante y ella pequeña.
El zorro que era el animal más cizañero, fue donde el elefante, y le pregunto: ¿cómo es que estabas hablando con la liebre? No sabes que ella es muy rápida y tu muy lento debes solo hablar con los animales grandes como tú, y este le respondió, yo vine a hacer nuevos amigos y el que la liebre sea pequeña no impide que seamos buenos amigos, ¿o acaso no es este el motivo de la fiesta?
El zorro al ver que no logro meter cizaña, fue donde la liebre y también le pregunto ¿cómo es que hablas con el elefante, no vez que te puede aplastar en cualquier momento? A lo que esta le respondió; ¡acaso eso impide que seamos amigos! tú sabes que soy muy astuta, y no miro la apariencia, solo la verdadera amistad, además este fue el motivo por el cual hicieron esta fiesta para conseguir nuevos amigos. Y le pregunto: ¿ya tú conseguiste algún amigo?
El zorro amargado se fue de la fiesta y se quedó sin conseguir grandes amigos, pues el solo veía la apariencia y no la importancia de respetar a nuestros amigos, por muy pequeños o grandes, que sean.