Cuenta la leyenda que en lo más profundo de una selva encantada existió un espejo de oro y plata muy hermoso, al que todos recurrían, pues este les decía a todo el que se miraba en él, lo que realmente era, todos felices pues, querían saber sus cualidades y defectos para poder ser mejores cada día.
Un día un gran barco y su tripulación llego a la mágica selva, todos se maravillaron de ver que estuviera un espejo en medio de una selva, uno de ellos el más curioso se acercó y se preguntó enfrente del espejo quien habrá dejado algo tan valioso en una selva tan lejos, y el espejo le dijo que debía cambiar su pensar tan egoísta pues era mejor, dar que recibir.
El hombre fue donde los demás y les contó lo sucedido a lo que ellos decidieron llevarse tan valiosa joya de aquel lugar par negociarla, pero cuando lo montaron al barco, y al ir en el ancho mar, naufragaron, debido a que cuenta la leyenda que quienes intentaran llevarse el espejo, no se salvarían.